viernes, 3 de junio de 2011

La energía nuclear.

La energía nuclear es una forma de energía que utiliza la energía que mantiene unidos a dos átomos. Al separarse estos, se libera la energía que denominamos nuclear. Para este fin se emplea el uranio, que al dividirse produce elementos radiactivos.
Los residuos radiactivos son residuos que contienen elementos químicos radiactivos que no tienen un propósito práctico. Es normalmente el subproducto de un proceso nuclear. El residuo también puede generarse durante el procesamiento de combustible para los reactores o armas nucleares.
Los residuos nucleares emiten radiación alfa, beta y gamma, y generan calor como consecuencia de la desintegración radiactiva. Además contienen sustancias que desarrollan su radiactividad independientemente, lo que dificulta el tratamiento de los residuos; por ejemplo, aunque el principal elemento sea el uranio, son los productos de fisión del combustible los que se mantienen mayor actividad durante los primeros 150-200 años. Entre estos residuos se encuentran también el plutonio 240, que tarda aproximadamente 6600 años en desintegrarse; y el neptunio 237, con una vida media de 2.130.000 años.
Existen medios viables para la gestión de los residuos. En el caso de los de media y baja actividad, se cuenta con dos opciones. Por un lado, el confinamiento en superficie o bien su almacenamiento en instalaciones subterráneas de baja profundidad. En el caso de España, se almacenan en la superficie en celdas de hormigón, donde se ubican los contenedores con los residuos debidamente acondicionados. Por su parte, los residuos de alta actividad requieren sistemas de gestión que garanticen su aislamiento y confinamiento durante largos periodos de tiempo. Las dos opciones que existen para su almacenamiento son el almacenamiento temporal prolongado y el almacenamiento definitivo a gran profundidad o almacenamiento geológico profundo.
El almacenamiento de este tipo de residuos en cantidades importantes les convierte en lugares altamente peligrosos, por lo que son objeto de extremas medidas de seguridad. No obstante, a lo largo de la historia se han producido algunos accidentes que han producido fugas radiactivas a la atmósfera, como el de Chernóbil y Fukushima:
• El accidente de Chernobyl fue el accidente nuclear más grave según la Escala Internacional de Accidentes Nucleares y uno de los mayores desastres medioambientales de la historia. La explosión provocó la mayor catástrofe en la historia de la explotación civil de la energía nuclear. Treinta y una personas murieron en el momento del accidente, alrededor de 135.000 personas tuvieron que ser evacuadas de los 155.000 km² afectados, permaneciendo extensas áreas deshabitadas durante muchos años al realizarse la relocalización posteriormente de otras 215.000 personas. La radiación se extendió a la mayor parte de Europa, permaneciendo los índices de radiactividad en las zonas cercanas en niveles peligrosos durante varios días.
• El accidente de Fukushima, el siguiente hasta el momento en gravedad con respecto a Chernobyl , con el siguiente resultado: 200.000 personas evacuadas y 50.000 soldados desplegados para mitigar esta catástrofe.
El abandono de la energía nuclear es una opción política consistente en dejar de usar la energía nuclear para la generación de electricidad, ya que este tipo de energía posee un alto riesgo de accidentes:
• Basándose en las estimaciones del Gobierno alemán se puede calcular que el riesgo de una fusión de núcleo en un periodo de 40 años es del 16% para Europa y de un 40% a nivel mundial. Para los nuevos diseños de reactores los estudios probabilísticos de seguridad obtienen valores de un 0.3% para Europa o de un 0.9% para el mundo en 40 años. La probabilidad de que ocurrieran dos de estos accidentes en esos 40 años sería de un 0.0005% para Europa y un 0.004% para el mundo.
• Las consecuencias de un accidente en una central nuclear podrían ser graves
• Las centrales nucleares pueden ser objetivo de ataques terroristas
• Existe también el peligro de accidentes (o sabotajes) en otras instalaciones relacionadas con el ciclo del combustible nuclear.
• Otro posible riesgo es el transporte por tren de desechos y materiales radiactivos, que suelen atravesar grandes ciudades.
• Además existe la posibilidad del desvío de materiales nucleares para la fabricación de armas atómicas con fines terroristas.
• También algunas sustancias radiactivas procedentes de los residuos podrían ser sustraídas por los terroristas para la fabricación de bombas sucias.


Personalmente, creo que deberíamos de abandonar el uso de las centrales nucleares, aunque esto pudiese suponer la sobreexplotación de las reservas petrolíferas, y como consecuencia, el aumento del efecto invernadero. Pero pienso que existen otras alternativas como la energía renovable e incrementar la eficiencia de las plantas de energía fósil para reducir la independencia sobre el carbón.
Las razones que me llevan a pensar en que el abandono de la energía nuclear es lo adecuado son estas: los posibles escapes de radiación radioactiva y por los problemas para la salud que estos acarrean, como la leucemia, cáncer, etc.

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